Las palabras curan

Vacaciones o la necesidad de parar

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Ayer leía una entrevista al biólogo y docente David Bueno donde, al referirse a los niños, comentaba lo conveniente que es para ellos aburrirse e incluso distraerse (¡con lo mal que llevan algunos profes que sus alumnos se distraigan!). Creo que los adultos también necesitamos eso, distraernos para ser más productivos y lo que es más importante, para estar y ser felices.

Ya he comentado en otras ocasiones que vivimos en una sociedad, tan rápida, cambiante y exigente, que el ritmo de alerta y adaptación que nuestro cerebro necesita para atender las demandas laborales, sociales, familiares, etc., es vertiginoso. Así estamos, agotados.

Hablando con gente de más edad de mi entorno (y creo que no sólo los de mi entorno opinan así) suelen remarcar que los jóvenes somos débiles y se vanaglorian de que en su época eran más resistentes y sacrificados. Dicen, que eso de tener vacaciones e ir de viaje, no se hacía, que aguantaban al pie del cañón de sus trabajos y sus obligaciones, lo que hiciese falta. Parece ser que esta crítica, totalmente descontextualizada, nos llevaría a la conclusión de que sí, que somos una panda de flojos, que nos quejamos de vicio y que en el fondo somos unos vagos a los que no gusta trabajar… pues no. No creo que sea eso. ¡Cuanto daño puede hacer que te consideren un vago y un inútil! ¡Cuántas personas arrastran a lo largo de su vida una autoexigencia excesiva que nunca les satisface, hagan lo que hagan, y cuanto sufrimiento les acarrea!

Cuidado con decirle a un adolescente que duerme mucho, que es un vago… pues no señor, a esa edad dormir mucho favorece las conexiones neuronales que están absolutamente a tope por la evolución madurativa del cerebro durante esos años.

Estamos sometidos a tal cantidad de información diaria y constante que el cerebro se satura. Necesitamos parar, descansar, desconectar (si, eso que se dice tan frecuentemente viene a demostrar la necesidad biológica de que las neuronas desconecten entre ellas) ¿Cómo lo hacemos? Bajando el nivel de estimulación que recibimos, bien por el descanso, por no tener que atender a las tareas laborales y también distrayéndonos, introduciendo el ocio.

Necesitamos parar para recuperarnos del estrés cotidiano, para nutrirnos de nuevas experiencias que hagan más completa y compleja nuestra mente, para soñar, imaginar, diseñar, fantasear, divagar, etc., todo eso tan poco productivo,a priori, y tan necesario, a posteriori, para seguir adelante renovado y con las pilas cargadas.

Si eres de los que no puedes tomarte unos días de descanso, intenta, en la medida de lo posible, introducir alguna variación en tu rutina habitual. Ya sea dar un paseo al fresco de la noche, leer una buena novela, comerte un helado gigante, asistir a un concierto o una velada musical… mini distracciones, mini placeres, para vacaciones mini. Ya se que no es lo ideal, pero no vas a deprimirte por esto.

Porque a todos nos gusta descansar ¿o no?

¡Que levante la mano el que no agradece unos días de vacaciones!

admin_salomeVacaciones o la necesidad de parar

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