Sesiones de pareja

Las sesiones de pareja son el lugar para ocuparnos de la relación. Esto que parece una obviedad a menudo es la primera confusión. La relación de pareja, la pareja,  es un ente vivo por sí mismo. Es más que la suma de dos individualidades, es mucho más. Por eso primero y fundamental hay que resaltar que las sesiones están orientadas para mejorar y sanar la relación.

Estas sesiones pueden servir para clarificar si los dos desean y están dispuestos a seguir en la relación y a contribuir en los ajustes que sean necesarios, dedicar un tiempo y una atención a ocuparse de la relación  y a construir, en definitiva, una mejor pareja.  Estar bien en pareja nos aporta gran satisfacción y felicidad o gran pesar y dolor cuando las cosas no van bien.

Me complace mucho acompañar parejas. Soy una gran defensora de la recuperación de la relación. Creo que romper una relación cuando se está pasando una mala época personal conlleva mucho dolor para todos. Sé que se puede evolucionar en la relación si los dos están comprometidos. He visto muchas veces como al final de una mala temporada con dedicación, algo de esperanza y amor, se puede llegar a amar más profundamente.

Para mi trabajar con parejas es muy necesario hoy en día ya que considero la relación como una unidad mínima del amor universal que se va extendiendo a la familia, la comunidad, la sociedad y la humanidad. Por eso es tan importante que nos amemos con respeto, que nos amemos bien. Por nosotros y por todo el planeta.

Si los dos desean seguir en la relación hay que revisar y reforzar estos aspectos:

  • Comunicación. Cuidar las palabras, las actitudes y los actos. Expresarse de forma asertiva.
  • Formar equipo, tomar decisiones consensuadas. Miradas cómplices.
  • Compresión. Escuchar y conocer el mundo emocional del otro. Posiciones empáticas.
  • Perdonar errores del pasado. Liberar rencores y resentimientos. Acompañarse en el presente.
  • Actualizarla, retornarla, reavivarla. Sentirse.
  • Procurar tiempo y espacio común para pasarlo juntos descansando, disfrutando o realizando aficiones.

Las sesiones pueden servir también para aceptar que la relación se ha terminado y enfocar una separación  no traumática. El respeto por las vivencias compartidas, por los hijos en común y por el amor mutuo merece un proceso de separación pacífico.

Propongo trabajar en el espacio común que es la relación y que cada uno de ellos adquiera el compromiso consigo mismo de procurar su bienestar y su realización personal sin depender del otro. Para ello la mirada está centrada en la relación.

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