Las palabras curan

Éxito y felicidad

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¿Porqué asociamos de forma inequívoca que quien tiene éxito es feliz? ¿Qué es el éxito en nuestra sociedad? ¿Cómo saber si he tenido éxito? ¿El éxito garantiza la felicidad? Seguramente frente a estas preguntas y muchas otras más por el estilo, responderíamos con una lógica aplastante que no. Diríamos que hay que disociar felicidad de éxito, que son dos conceptos que no van unidos y que no hay que tener éxito para ser feliz. Aunque bien mirado si se es feliz es que se ha triunfado.

Estas son las palabras de Mo Gawdat, director comercial de Google X, que leí el otro día en una entrevista que le hacían en La Vanguardia:

La felicidad es igual o mayor a los acontecimientos de tu vida menos las expectativas de cómo debe ser. No son los acontecimientos la diferencia, sino la comparación con lo que quieras que sea tu vida. Yo fui feliz hasta los 23, luego empecé a tener gran éxito y cuanto más, más creía en lo que el mundo moderno me decía: que ser exitoso era lo más importante. Y para serlo debes aprender comportamientos y creer en conceptos que te hacen exitoso pero no feliz. Por ejemplo, siendo ejecutivo, la ilusión de control, de que lo debes controlar todo, trabajo, empleados, resultados y la vida personal. Tus expectativas son tan altas que todo lo que hagas queda corto. Pero sólo puedes controlar tus acciones y actitudes, no los resultados”.

Me gusta cómo lo dice, cómo lo explica alguien que ha estado en lo más alto en una de las empresas más punteras a nivel mundial. Dice que el mundo moderno le decía que ser exitoso es lo más importante. Yo también creo que el mundo moderno nos empuja a perseguir el éxito como si fuera el sentido de la vida. El éxito entendido como llegar a lo más alto en el campo que sea, o ser el mejor, o el que más dinero gana, o el que más fama tiene, o el que más sale en la televisión, entre otros muchos hitos que podríamos nombrar.

En mi trabajo cómo psicóloga veo distintas personas que sufren en todo el espectro de lo que podríamos llamar «el triunfo». Algunas sufren porque han triunfado y mantenerse a ese nivel les supone un gran esfuerzo y, por tanto, renunciar a muchas cosas que habían tenido hasta el momento. Otras sufren porque no han conseguido el éxito que tanto anhelan y se sienten fracasadas y, por tanto, avergonzadas frente a la sociedad. Podemos sufrir tanto por tener éxito como por no tenerlo.

Creo que la clave de la felicidad (la felicidad como estado base) está en encontrar sentido a lo que hacemos. En encontrar el sentido de nuestra existencia en aquello que sabemos y podemos hacer bien. Hacerlo bien, quiere decir a nuestra manera. Con la diferenciación que cada uno de nosotros podemos aportar a aquello que hacemos y teniendo en cuenta además que no todo es hacer, también hay que ser. En el Ser encontramos la calma al desasosiego vital que nos causa la presión del mundo en el que vivimos.

Cuando te sientas presionado a responder, actuar o hacer algo que crees que debes hacer pero que en realidad no quieres, pregúntate si hay otra manera, mucho más adecuada para ti, de responder, actuar y comportarte. Aquella manera que vaya en coherencia con quien tú eres. Si la respuesta es que hay otra manera, adelante, anímate a ser coherente con tus valores y prioridades, este es el verdadero éxito.

admin_salomeÉxito y felicidad

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