Las palabras curan

Orgullosa de ser mujer

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La semana que viene celebramos un 8 de marzo, Día de la Mujer, muy especial ya que por primera vez se convoca una manifestación feminista en España.

Me apetece mucho escribir sobre temas de mujer. De hecho, me dedico a la psicología porque sentí un gran interés en profundizar en mi psique y en mi mundo interior primero, y después en el de las mujeres que me rodeaban para ayudarnos mutuamente.

Estoy preparando dos nuevos posts sobre culpa y vergüenza y otro sobre responsabilidad. Son escritos de mi estilo, con un poquito de reflexión pero a la vez abiertos para que quien los lea le de un par de vueltas y lo lleve a su terreno.

Hoy, sin embargo, me siento más festiva que reflexiva. Me he descubierto a mi misma últimamente diciendo que estoy disfrutona. Si, esa es la palabra «disfrutona». Disfruto de todo, de la vida, de los momentos, de los pequeños placeres, de la edad, del tiempo etc., por eso creo que esta manifestación del 8 de marzo, que apoyo sin reservas, puede ser un momento de celebración.

No es incompatible la lucha con la celebración. Defender nuestros derechos y hacerlo con alegría, es lo que me pide el cuerpo. Este es mi 8 de marzo. Mi bandera será la del orgullo de ser una mujer madura. Siento la conexión con todas las mujeres, desde las más mayores a las niñas. Me siento en medio y siento que puedo aportar mucho a las más jóvenes y que puedo seguir aprendiendo de las mayores. Siento que mi vida, mis vivencias, mis cicatrices, mis aprendizajes etc., son útiles para la sociedad.

Queda mucho por hacer y hay que seguir avanzando hacia la igualdad. Yo lo haré manifestando mi alegría apoyada en la empatía, comprensión, sabiduría y orgullo por ser una mujer madura y de la mano de mi hija, de mi madre y de mis hermanas para luchar y defender los derechos de las mujeres en todo el planeta.

 

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