Las palabras curan

Las redes enganchan

No comments

¿Adicción a las redes?, sí. ¿Adicción al móvil?, sí. Lo sabemos, lo vemos y lo aceptamos como normal en el reino de la inmediatez. Como otras muchas conductas que se consideran peligrosas, creemos que nosotros o nuestros hijos no nos vamos a enganchar, que lo controlamos.

¿Qué pasa si me entero de que esta adicción que a algunas personas ya les está suponiendo un gran sufrimiento, ha sido provocada deliberadamente por grandes empresas para que consumamos más y más tiempo delante de una pantalla? En mi caso, yo me escandalizo.

Una cosa es desarrollar una tecnológica que permita que nos comuniquemos más rápido y que estemos en contacto con personas de nuestro entorno o de la otra punta del mundo. Y la otra es que esta tecnología haya sido concebida desde el principio para causar adicción y captar nuestra atención con el fin de vender. El interés ha sido puramente económico. Se quiere que consumamos tiempo de atención consciente que nos dispare la dopamina, esta sustancia es la conexión. Esto me provoca escalofríos.

Provocan adicción manipulando la atención a través de de las notificaciones de actualización o mensajes recibidos, entre otros imputs. Quieren nuestra atención constante. Consiguen que dejemos de hacer lo que estamos haciendo para atender al «bip» que nos notifica algo. Nos enganchan emitiendo estímulos al azahar que actúan como un refuerzo positivo que activa la dopamina en nuestro cerebro. Somos una sociedad adicta a la conexión continua, a recibir estímulos constantes e inesperados, enganchados a la novedad y a saber lo último. Somos esclavos de la conectividad total.

Adjunto el enlace a un artículo que me ha parecido interesante y que acuña términos que me parecen muy acertado y quiero destacar como profilaxis para evitar caer en la dependencia total que el mundo de la red nos ofrece: tomarse un descanso tecnológico, unas vacaciones tecnológicas, practicar ocio pretecnológico. Al final del artículo el profesor Adam Alter dice esto:

¿Dónde están las señales de ‘stop’ hoy?

Antes los periódicos se acababan en la última página, como los libros, las series de televisión terminaban y había que esperar una semana hasta el siguiente capítulo. «Hoy nada tiene fin», alerta Adam Alter, profesor de Marketing y Psicología en la Universidad de Nueva York y autor de ‘Irresistible’, un ensayo en el que se pregunta qué nos ha convertido en yonquis tecnológicos. «Tal y como consumimos hoy en día los medios, no hay señales de parada. Nada acaba. Twitter, Facebook, Instagram, el mail, los mensajes… Todo puede seguir y seguir», lamenta Alter. En su libro, que se publicó ayer en España (Editorial Paidós), el profesor explica por qué tantos de los productos que consumimos hoy son irresistibles, cómo han conseguido un magnetismo extraordinario. «No es casualidad. Tienen ventajas profundas, pero su atractivo no es un accidente. Las compañías de tecnología cuentan con equipos de ingenieros e investigadores dedicados a mantenernos enganchados. Saben cómo presionar nuestros botones y cómo convencernos para que usemos sus productos durante horas, días y semanas». La mitad de nosotros, exagera Alter, preferiría romperse una pierna a perder el teléfono móvil: bienvenidos a la era de los yonquis tecnológicos.

Yo tengo una sugerencia: propongo introducir un icono de stop al lado del like para que si por un instante tenemos la lucidez de querer salir y el ansia del online nos tiene enganchados, podamos desconectar con un simple click. Propongo que tras este click  aparezca en la pantalla una imagen de nosotros mismos leyendo, paseando o charlando con amigos y divirtiéndonos.

Pongamos mesura y enseñemos mesura para el buen uso de la tecnología. Recordemos que no hace tantos años eramos felices y no teníamos Internet.

.

 

admin_salomeLas redes enganchan

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *