En una sociedad como la actual en la que padecemos un exceso de información, noticias como la reciente epidemia del ébola que ha llegado a nuestro país afectan a muchas personas ansiógenas con excesiva preocupación por la salud y, en muchos casos, hipocondríacas. Una situación que puede provocar un estado de ansiedad, una reacción de alarma ante una amenaza potencial.

El papel relevante de los medios de comunicación tradicionales (prensa, televisión, radio) en los temas de salud pública ha sido estudiado por sociólogos y comunicadores. En general, la cobertura que ofrecen los medios ante una epidemia tiende a ser alarmista, como ha pasado ahora con la expansión del virus del Ébola o, antes, con la gripe aviar, por ejemplo. Los medios tienden a concentrarse en los peores escenarios posibles y usan  un lenguaje cargado emocionalmente.

Aunque los medios emplean dos fuentes de noticias en temas de salud, las autoridades gubernamentales y los expertos científicos, los más sensacionalistas prefieren dar pábulo a las voces más alarmistas. Las epidemias constituyen lo que se conoce en los medios de comunicación como un hype, una enorme y rápida ola de noticas en la que participan todos los medios. ¿Qué se consigue con ello? Lo que los expertos denominan una amplificación social del riesgo.

Un riesgo que la sociedad percibe porque la mayoría de las informaciones que se publican en los medios resaltan la gravedad de la epidemia del ébola y muy pocos dan información útil para los habitantes del mundo que vivimos fuera del África Occidental.

A la alarma generalizada que provocan los medios tradicionales, hay que añadir el efecto que provocan las informaciones de todo tipo que se difunden a través de internet y las redes sociales. Muchas de ellas, comparten la misma información, pero la viralidad de esta información es mucho mayor, pudiendo llegar a millones de usuarios en pocas horas.

A veces, basta con consultar fuentes de información oficiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conocer qué es el ébola, cómo se transmite o las medidas a adoptar para evitar contagios. Hay que contar siempre con una información rigurosa y veraz, y ser conscientes siempre del papel que juegan los medios de comunicación.

Como siempre os digo, recordad que la ansiedad no es otra cosa que la preocupación por lo que pueda pasar en el futuro. Y para superar la ansiedad hay que vivir el presente, relativizar la situación de alarma y buscar momentos de calma, para respirar profundamente, para meditar… No olvidéis que en la crisis del ébola, como en cualquier otra epidemia, lo más contagioso es el miedo.

¡Amor para todos y un fuerte abrazo!

Salomé Cosculluela

(Asesoramiento periodístico: Francesc Vázquez)