Muchas mujeres entramos en conflicto con nosotras mismas cuando alcanzamos la mediana edad, esa etapa de nuestras vidas en que hemos dejado atrás la juventud y encaramos la vejez, un periodo de tránsito en que no hay ningún giro importante en nuestra trayectoria vital. Seguramente nos habremos casado, habremos tenido hijos, quizás tengamos un trabajo pese a la crisis, puede que todo esté en orden, pero no nos sentimos bien, no estamos satisfechas con la vida. ¿Qué nos ocurre?
Este periodo que se puede iniciar en torno a los 35-40 años y que se extiende hasta los 50-55 años no responde tanto a un ciclo vital biológico como a la posición que las mujeres ocupamos en un medio social cada vez más complejo. ¿Qué es lo que está en crisis? La noción que tenemos sobre nosotras mismas en nuestras múltiples facetas de madre, esposa, profesional, amante, amiga… La principal tarea que tenemos en esta etapa de nuestras vidas es redefinir nuestra propia identidad.
¿Cómo orientar nuestras vidas a partir del momento en qué nos preguntamos cuál es nuestro papel en la sociedad? Como siempre, os voy a dar algunos consejos prácticos para superar esta situación.
No busquéis ser perfectas. Compatibilizar la vida familiar con la laboral no siempre es fácil. Pese a los cambios de valores de la sociedad moderna respecto a las mujeres, nosotras siempre nos sentimos más exigidas, como si tuviéramos que demostrar día a día nuestra valía. Nos quieren perfectas, pero no lo somos. Solo somos humanas.
No pretendáis tener el control sobre todo. Precisamente esta exigencia sobre nosotras mismas es la que muchas veces nos obliga a tener el control absoluto sobre todas nuestras facetas cotidianas. No queremos que se nos escape nada, para demostrar así que somos capaces de todo. Ser las mejores madres, la mejor mujer y la mejor profesional. ¿Os habéis planteado alguna vez si es necesario ser la mejor en todo para ser feliz?
Introducid cambios en vuestra vida. A veces se impone dar pequeños cambios en nuestras vidas. No hablo de un giro espectacular, solo cambiar ciertos hábitos, costumbres, entablar amistad con otras personas alejadas de nuestro círculo, evitar las rutinas… Pensad en positivo y veréis como otra vida es posible a partir de los pequeños detalles.
Recordad que el asesoramiento de una profesional puede contribuir a conoceros mejor y redefinir vuestra vida. El resto está en vuestras manos.
¡Amor para todos y un fuerte abrazo!
Salomé Cosculluela
(Asesoramiento periodístico: Francesc Vázquez)