Ya está aquí y no me siento nada navideña. Este año me lo voy a permitir.
Los mensajes edulcorados de la publicidad, las lucecitas, la musiquita facilona  y la nieve artificial no han conseguido ablandarme.
Más bien me siento engañada. Intentan que crea que con el perfurme tal seré la más sexy de la fiesta y que todos los hombres me desearán?  Pretenden que me sienta feliz por compartir mesa con alguien que no me cae bien?  Sugieren que gaste mi escaso dinero en regalos para demostrar mi amor?  Esperan que llenen el ipod de villancicos? Se creen que voy a atiborrarme de turrón y polvorones?
Se supone que tengo que sentir, amor, paz y felicidad? Es que van a decidir mi estado de ánimo otros por mí? NO,
Sobreviviré a la Navidad siendo yo misma. Con coherencia. Estoy como estoy y siento lo que siento. Los mismos pesares,  las mismas penas…
De sobras sé que estas fechas de pretendida y falsa felicidad provocan un intenso malestar en muchas personas. Son aquellos que se sienten tristes, sólos, e indefensos. Son estas personas que suman la culpa a su ya bajo estado de ánimo. Se sienten culpables por no estar felices. Y es que es el colmo, sentirse mal por no sentirse bien.

En mi Kit de supervivencia navideño incluyo una brújula, unas cerillas, un mapa, unos cuantos imperdibles y unos anzuelos. Lo necesario para atravesar el año nuevo, que es lo único bueno que trae la Navidad. Ánimo.