Las palabras curan

EL DIVÁN DE FREUD

No comments

Siempre me ha fascinado Freud,  siempre le he considerado uno de mis mentores. Mi interés por la psicoterapia vino de la mano de alguna de sus teorías, aunque no soy psicoanalista. Tampoco soy una gran conocedora de su obra, aunque si le he tenido como una figura clave en mi quehacer profesional. Él y su coetáneo Jung, a pesar de su rivalidad y sus diferencias, son  muy admirados por mi.

Hace pocos días tuve la suerte de visitar el Museo Sigmund Freud en Viena, en la Bergasse.  Sólo entrar me sentí presa de una emoción que perduró durante los 70 minutos que duró la visita. La sala de espera, la sala de tratamientos, su despacho personal… no es la típica casa museo, sobre todo,  porque la mayoría de muebles originales están en Londres, donde tuvo que exiliarse en el año 38 debido a presiones nazis. Las estancias están plagadas de fotos familiares, manuscritos, muchos objetos decorativos y personales y hasta la réplica de una silla especial que se hizo construir para acoplarse a su peculiar postura para leer.

Entre las fotos, ocupan un papel relevante las que plasman el diván.  El original está en el otro Museo Freud, el de Londres.

Me quedé alucinada. No se muy bien como me había imaginado el famoso diván pero, desde luego, no así; me impactó:  El diván donde se tumbaban sus pacientes y el sillón donde se sentaba él detrás de ellos escuchando y anotando… Él pensó que era la mejor manera para explorar el inconsciente a través de la asociación libre y la interpretación de los suelos.

Recomiendo la visita a la casa museo Freud, no sólo para los discípulos psicólogos  o seguidores del psicoanálisis sino a todos los que se interesan por las figuras intelectuales del siglo XX. Le interesaba el conocimiento médico, la filosofía, la escultura, la pintura, la música. No dejó de escribir  y publicar libros, artículos y ensayos hasta su muerte a los 83 años. Su obra ha sido fuente de inspiración también para creadores de ámbitos lejanos a la práctica psicoanalítica como el arte, la literatura y el cine. Salvador Dalí le hizo un retratoy Alfred Hitchockt  tomó como referencia alguna de sus teorías para construir los personajes protagonistas de la película Vértigo (la impotencia de Scottie y la melancolía de Madeleine) Luís Buñuel y Stefan Zweig, entre otros, también muestran influencias freudianas.

Otra de las joyas del museo es la única grabación de voz gracias a una entrevista que le hizo la BBC en Londres en la recta final de su vida donde decía que lo que más lamentaba del exilio era no poder expresarse en su lengua materna.

Unas películas de celebraciones familiares, narradas por su hija Anna, donde se le ve hablando con sus hijos y nietos, paseando y acariciando unos perros, en su faceta más personal,  son el broche final a la visita.

Aquí te dejo la foto del diván. ¿Te lo imaginabas así?

 

Para verlo en vivo tendré que volver a Londres a la casa donde vivió sus últimos meses. Buena excusa para un fin de semana!

 

admin_salomeEL DIVÁN DE FREUD

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *