Con la llegada de septiembre las campañas publicitarias nos anuncian que hay que empezar unas cosas y no terminar otras…..  cómo? contradictorio? Sí. Por una parte nos incitan a iniciar nuevas actividades distractoras:  punto de cruz, pintura, repostería… nos animan a afrontar necesidades: estudiar idiomas, dejar de fumar, hacer ejercicio… y por otra nos incitan a que sigamos mateniendo nuestras neurosis infantiles;  que si colecciones de munñecas de cuando éramos pequeñas, que si coches antiguos, que si tebeos de hace 40 años…. crece, madura, inicia, progresa, dicen por un lado ……….no te muevas, sigue aqui, mantente joven, dicen por otro… hay incluso campañas que favorecen la melancolía y el recuerdo de tiempos pasados por eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor (??)

Pero esto no lo han anunciado ya? ….  pues sí, en enero se lanzan las mismas campañas, las de colección, las de formación y las de distracción …. Por lo visto, el año también empieza en septiembre, para muestra el último anuncio en tv de Ikea cuyo eslogan es «feliz año nuevo» y es que septiembe es el mes de las segundas oprtunidades, representa una nueva ocasión para cambiar aquello que no funciona. Si los propósitos de enero están sin realizar, en verano te culpas, te atormentas, lo sufres y en septiembre vuelta de nuevo a intentar aprender inglés, a dejar el tabaco, a cocinar postres y después ir al gimanasio a quemar calorias.

Este funcionamiento mental que los publicistas conocen muy bien, es frecuente en la mayoria de nosotros. Tras las vacaciones, tras el verano,  nos sentimos en  un nuevo comienzo,  sentimos un resurgir de los deseos y las  necesidades y de  los malestares y las frustraciones…. Por eso nos inundan también con campañas de renovación: los muebles, el coche, el colchón, el ordenador…. pretenden que caigamos en la trampa, tan humana, de que un lavado de cara o un nuevo corte de pelo nos hará sentir mejor. Sabemos todos por experiencia también que el bienestar que proporcioan este tipo de cambios en lo externo es efímero. Y aún así año tras año caemos en la trampa.

Aprovechemos para profundizar en nosotros mismos e intentar ver qué hay ahí, quien soy, cómo estoy, qué me disgusta, qué me gusta, qué quisiera cambiar y qué no puedo tolerar ya más de mi vida?
qué proyectos guardo en el deseo todavía por realizar? estoy seguro que no puedo llevarlos a cabo?? qué me falta? de qué tengo que liberarme??? muchas preguntas por responder. Valiosa información.